Recorrido histórico

ara señalar un punto de partida se ha identificado a la escritura semítica como una marca esencial en la historia. La escritura semítica tiene un origen desconocido, no se conoce precisión si acaso es una invención o una adaptación, sin embargo no cabe duda de que llegó a ser uno de los instrumentos de la difusión de la cultura y el conocimiento más eficaces, así como una herramienta esencial para constituir intercambios comerciales. Este tipo de escritura tiene dos vertientes: la del norte y la del sur. De ellas la del norte es la más importante, y se subdivide en varias de las que destacan el arameo y el fenicio.

Los arameos[1] establecieron una serie de reinados establecidos en las rutas comerciales del siglo XI a. C. En el siglo VIII a. C. fueron conquistados por los asirios, sin embargo su cultura sobrevivió, hasta convertirse en la lengua del imperio asirio. En las escrituras arameas hay formas muy parecidas a las fenicias, sin embargo, preservó su identidad y evolucionó en otro sentido: dio origen a las escrituras hebrea, siria y árabe.

Por otra parte, se tiene considerados a los fenicios[2] [Véase Fig. 1], una nación de vasta tradición comercial, como el pueblo que fue capaz de desarrollar un sistema revolucionario –aproximadamente en 1800 A.C.–, que enlazaba los sonidos hablados con la escritura: identificaron en su lengua 22 sonidos claves y específicos, y para ellos crearon el símbolo correspondiente para cada uno. Esta forma de escritura está compuesta de consonantes, a causa de que los sonidos vocálicos no eran considerados importantes.

Es significativo anotar que algunos de aquellos signos designados originalmente por el pueblo fenicio han sobrevivido un sinuoso proceso histórico de sucesivas mutaciones, conservando su identidad durante 35 siglos.

Cada palabra era una composición de sonidos consonantes. Alrededor del año 1300 a. C. la escritura fenicia se volvió fonética, en vez de silábica, como ejemplo este caso: en vez de utilizar el pictograma de un pez para representarlo, el pez se utilizó como el primer sonido consonante y así la palabra nun (pez) se empezó a escribir con dos peces en línea, uno para cada sonido “n”. Por lo tanto, de acuerdo con lo expresado por Fontana, es oportuno citar:

Aquel día en que el pueblo fenicio descompuso la lengua en sonidos e ideó formas abstractas para representar esos sonidos independientes y no objetos, y dotó a la humanidad del más formidable instrumento cultural y de la más ferviente promesa de comunicación entre los pueblos[3].

En particular, Heródoto[4] señaló al alfabeto como una invención de origen fenicio. La consecuencia fue un sistema práctico y reducido de grafismos que esbozaba la conexión natural entre la comunicación oral y escrita, cuyas mayores virtudes son la funcionalidad en la representación y la facilidad para el aprendizaje.

Figura 1. Los fenicios se convirtieron en comerciantes y exploradores, ello les impulsó, a través del intenso intercambio a vincularse con todas las civilizaciones mediterráneas de la época, contribuyendo además, a difundir la cultura oriental.

Siglos más tarde –circa 1000 a. C.– los griegos adoptaron el sistema fenicio y lo modificaron de acuerdo a sus necesidades idiomáticas y adicionaron vocales y nombraron así, a cada una de las letras. El alfabeto griego clásico, también denominado como jónico u oriental, se desarrolló a partir del fenicio y en el año 403 A.C. se convirtió en el alfabeto oficial de Atenas[5] [Véase Fig. 2].

Figura 2. Existe un periodo dentro de la evolución de la civilización griega señalado como “Antigua Grecia”, en donde el desarrollo de todas las manifestaciones fue superlativo, circa 1200 a. C.–146 a. C. La erudita civilización griega adaptó los caracteres creados por los fenicios e hizo una adaptación a la fonética de su idioma. Dicha adopción dio por resultado la creación de un set de caracteres creado y adaptado ex professo para el idioma griego.

Los atenienses tomaron las 22 letras consonantes fenicias, convirtieron dos de ellas en vocales y de tal forma, agregaron cuatro signos vocálicos nuevos, contando entonces con 24[6]. Además utilizaron los nombres fenicios de las letras, pero corrigieron la ortografía de tal manera que reflejara su propia pronunciación. De tal forma, la fenicia aleph se convirtió en alfa, beth se convirtió en beta, gimel en gamma, delt en delta y así sucesivamente. [Véanse Figs. 3 y 4].

FENICIO

SIGNIFICADO GRIEGO EQUIVALENTE
Al eph buey alfa A
beth casa beta B
gimel camello gamma C, G
daleth puerta delta D
he ventana épsilon H
wau gancho upsilon W
zayin arma dseda Z
heth muro o reja eta H
teth rueda o escudo theta T
yod mano iota Y, I
kaph palma de la mano kappa K
lamed aguijada lambda L
mem agua mu M
nun pez ni N
samek puntal xi S
ain ojo omicron O
pe boca pi P
tsade cazar o anzuelo san S
qoph mono koppa Q
resh cabeza rho R
shin diente sigma SH
thau marca tau T

Figura 3. Tabla comparativa

Figura 4.

Cuatro de las letras fenicias eran impronunciables en griego –como ya se había comentado anteriormente–, por lo tanto, los griegos suprimieron el primer sonido y dejaron el segundo –que era vocal– y así obtuvieron esos cuatro nuevos sonidos vocálicos.

No todas las ciudades adaptaron el alfabeto fenicio en el mismo momento ni del mismo modo. Originalmente existieron variantes del alfabeto griego[7], las más importantes fueron la occidental y la oriental. La adopción en la polis de Atenas de la variante jónica u oriental se debió su importancia política y cultural, y se impuso sobre las demás formas del alfabeto que particularmente –para esta época– ya se había adoptado la escritura de izquierda a derecha y abandonado la secuencia del bustrófedon[8].

Pero los griegos no solo adoptaron el alfabeto, sino que también lo difundieron hasta convertirse en la fuente de todas las formas de escritura modernas de Europa. De la variante occidental del alfabeto griego procede el alfabeto etrusco y de este el alfabeto latino, mientras que de la variante oriental procede el alfabeto cirílico principalmente.

Antes de la adopción del alfabeto griego clásico, los griegos había propagado en la península itálica otra forma de escritura: el alfabeto eubeo, que se convirtió a la larga, en el fundamento del alfabeto etrusco. Los etruscos[9] –otro pueblo protagonista en este trayecto– en un proceso similar, definieron 20 letras para su alfabeto, 16 consonantes y cuatro vocales: “a”, “e”, “i”, “o”. [Véase Fig. 5]

El etrusco es una lengua aparentemente no emparentada con las lenguas indoeuropeas. Es importante destacar que la fonética es completamente diferente de la del griego o del latín. Como consecuencia de haber utilizado una variante del alfabeto griego, el etrusco puede ser leído, aunque no comprendido. Las principales evidencias de la lengua etrusca son epigráficas[10] (circa siglo VII a. C.), pero su gramática y su vocabulario difieren de cualquier otro del mundo antiguo. Se cree que la cultura y las artes etruscas se desarrollaron como consecuencia de la colonización griega en el sur de la península itálica.

Figura 5. La civilización etrusca se desarrolló en Etruria, en el centro de la península itálica, entre los siglos VIII
y I a. C.

Posteriormente, los romanos eligieron los grafismos etruscos en el siglo VII a. C. para transcribir su idioma, –al igual que otros pueblos itálicos de la época–, y que desde entonces han admitido una larga evolución histórica. Éste es el sistema alfabético de escritura más extendido en el mundo, por supuesto, hasta nuestros días, difundido por el pueblo romano, gran conquistador de prácticamente de todo el continente Europeo.

El alfabeto romano o latino clásico consistió en un conjunto de 23 letras de las cuales 21 fueron tomadas de los etruscos. Tras la conquista de Grecia en el siglo I a. C., los romanos tomaron el alfabeto griego e hicieron de nuevo los cambios pertinentes a su lengua: el latín adoptó muchas palabras del griego y la incorporó los grafismos “Y” y “Z”, para pronunciar palabras griegas y añadidas en la posición que guardan en la actualidad– al final del listado–, y fue posteriormente fue creado el grafismo “G”, como se verá con detalle más adelante.

Cuando el imperio romano dominó la región del Mediterráneo, aproximadamente en el siglo II a. C., se acuñó la costumbre de inmortalizar sus hazañas en espacios públicos, a la vista de todos, en arcos triunfales, monumentos y diversas formas de inscripciones. La forma de las letras había adquirido ya las características y proporciones que el sentido estético de la época indicaba. Ahí encontramos a las primeras manifestaciones del estilo de letra romana clásica llamado Capitalis Munumentalis, cuya mayor referencia es la letra que se hayan inscrita en la Columna de Trajano en Roma. [Véase Fig. 6]

Figura 6. Inscripciones de la Columna de Trajano (en Roma, concluida en el año 114) elaboradas con Capitalis Monumentalis, las mayúsculas cuadradas, también llamadas mayúsculas cuadradas lapidarias. Es la forma de caligrafía de la antigua Roma que dio origen a las mayúsculas actuales. En la imagen se aprecia la diferencia entre la “C” y la “G”, así como las ausencias de la “J” y de la “U”.

La Capitalis Rústica [Véase Fig. 7] fue una versión doméstica de aquellas majestuosas letras de la Capitalis Monumentalis demostrada principalmente en inscripciones y en sitios públicos. La Capitalis Rústica se utilizó para solventar de forma práctica las necesidades de comunicación de la población, era un medio rápido para escribir y difundir noticias, informar acerca de temas políticos e incluso algunas formas de publicidad[11]. Se trazaba con un pincel o plumilla y sus trazos eran más condensados y con algunas formas más redondeadas y fluidas, lo que le confería a esta letra ligereza y espontaneidad[12]. Al mismo tiempo se desarrolló la letra Cursiva Romana y fue el estilo de escritura que se utilizó para cartas y otros trabajos informales. Su nombre viene de la palabra cursus que significa “carrera”, ya que este era un método de escritura rápido y cotidiano. Su principal tendencia es hacer las letras más inclinadas, ello generó en consecuencia, algunas ligaturas entre ciertos caracteres.

Figura 7. La capital rústica es una versión rápida de la majestuosa versión clásica. Era la escritura de uso corriente en la época clásica del Imperio Romano, se puede reconocer en epígrafes pero cuanto a su uso cotidiano existen pocas fuentes disponibles.
Página del Virgilio Romano (siglo V d.C.), copiado con escritura capital rústica.

Tras la estrepitosa caída del Imperio Romano a principios del siglo V de nuestra era, en Europa Occidental la habilidad de escribir, desarrollada profusamente en esta civilización, se redujo hasta la mínima expresión y practicó casi exclusivamente en los monasterios. En las diferentes naciones europeas la escritura tuvo manifestaciones regionales con características propias: en Italia, la Lombarda y la Beneventina, en España, la Visigoda, en Francia, la Merovingia, un proceso vinculado con el surgimiento de las lenguas nacionales que dieron origen a las lenguas romances que florecieron en los territorios dominados alguna vez por los romanos.

En la época medieval se produjo la separación de la “i” y la “j”, así como la escisión entre la “u” y la “v”, así como la aparición de la “w”[13]. Todo este proceso será revisado con detalle más adelante.

El sistema alfabético que utilizamos cotidianamente sirve para representar a todas las lenguas romances, germánicas y muchas otras, y posee indiscutiblemente origen directo en el alfabeto romano.


[1] Los reinos arameos, originarios de la península arábiga, adquirieron importancia e impusieron su idioma en la mayor parte del Cercano Oriente. Fueron conquistados hacia el siglo VIII a.C. por Asiria. Al anexar los reinos arameos el Imperio Asirio adoptó el idioma arameo para la diplomacia., de tal forma, se convirtió en lengua internacional para la política y el comercio en todo el Cercano Oriente. El declive de la lengua aramea comenzó con la conquista del Imperio Persa por Alejandro Magno ya que la dominación greco-macedonia reemplazó el arameo gradualmente por el idioma griego.

[2] Los fenicios eran un pueblo semita cananeo procedente originalmente del mar Eritreo, actual Mar de Omán. Desde este territorio, encerrado entre el mar y los montes de Siria, las circunstancias de encontrarse frente a las costas y el decidido temperamento de esta civilización, los llevó a concentrarse en desarrollar una economía basada casi totalmente en la actividad marina, y se convirtieron en grandes navegantes. Con el paso del tiempo fueron especializándose en la construcción de barcos y en el desarrollo de instalaciones portuarias, y el fortalecimiento de una actividad comercial que los llevó a recorrer aguas de casi todo el mundo conocido.

[3] Fontana. R. (2012). Op. cit.

[4] Heródoto de Halicarnaso (circa 484 y el 425 a. C.) historiador y geógrafo griego, considerado como el padre de la Historia.

[5] Baines P. & Haslam A. (2005) Tipografía. Forma, función y diseño. Gustavo Gili. Barcelona.

[6] Martínez Leal, L. (1990) Treinta siglos de tipos y letras. Cd de México, México. UAM Azcapotzalco.

[7] Las variantes de los alfabetos griegos fueron cuatro.

[8] Bustrófedon designa al modo de escribir que consiste en escribir  alternativamente un renglón de izquierda a derecha y el siguiente de derecha a izquierda. La voz proviene del griego y significa el sentido de arado del buey, por la semejanza con la trayectoria formada en las tierras de labor con el arado.

[9] Los etruscos compartieron territorio con los umbros, los vénetos, los volscos o los samnitas y tuvieron su apogeo cultural hacia el siglo VII a. C cuando llegaron a controlar la región desde el valle del Po hasta el golfo de Nápoles.
Sin embargo, su desaparición se registra sobre el siglo III a. C cuando fueron “absorbidos” mediante un inevitable proceso de aculturación y unificación política por parte de Roma completada hacia el siglo I a. C.
Este pueblo de orígenes misteriosos ha sido ensalzado por su avanzada cultura política y militar, por su destreza en la navegación, por sus tecnologías metalúrgicas, por su perfección en el cultivo de las letras, las ciencias de la naturaleza y la teología, y por el trabajo agrícola que les proporcionaba riqueza.

[10] La epigrafía es una ciencia dedicada a estudiar las inscripciones hechas sobre materiales duros, ya sean piedra, cerámica o metal.

[11] Martínez Leal, L. (1990). Ibidem.

[12] Este tipo de escritura fue muy popular hasta el siglo X. En la Edad Media se utilizó solo para letras capitulares.

[13] Martínez Leal, L. (1990). Op. cit.