pegado a un extenso proceso, es necesario apuntar que la forma que las letras presentan –como las conocemos– ha sido influenciando por dos poderosas fuerzas: a) el predominio escultórico de la letra incisa y b) el predominio caligráfico de la letra escrita.
La influencia escultórica romana es bastante clara y apreciable directamente en las letras mayúsculas, pero por el contrario, el influjo latino no se aprecia tan contundente en las letras minúsculas, pues han sido afectadas por una corriente caligráfica cercana a las cursivas itálicas. Esta sensible diferenciación entre ambas agrupaciones de letras responde a varias razones:
- Las mayúsculas son claramente identificables en numerosas inscripciones lapidarias apreciables en diversas regiones entorno al Mar Mediterráneo.
- Las minúsculas se generaron a partir de dos tipos de escritura romana tardía: las unciales y las semiunciales.
- Las minúsculas experimentaron grandes variaciones durante el largo periodo de la historia llamado Edad Media, dentro del proceso denominado creación de las escrituras nacionales.
- La estandarización gráfica de las minúsculas es resultado tanto del pensamiento renacentista, como de la invención de la imprenta.
A manera de colofón, es pertinente afirmar que, la aparición y expansión de los tipos móviles metálicos aplicados a la imprenta adjudicada históricamente al metalurgo maguntino Johannes Gutenberg –después de 1450[1]–, representó la mecanización de un sistema alfabético para escribir cuyos orígenes se remontaban a unos 3000 años[2].
[1] Zappaterra, Y. (2008). Diseño editorial de periódicos y revistas. Barcelona, España. Gustavo Gili.
[2] Baines P. & Haslam A. (2005) Op.cit.